Wednesday, September 06, 2006

La Criatura


No se podía negar que su creador había hecho un buen trabajo. Andaba, se movía i vivía como los demás humanos. Había aprendido a hablar y a pensar. Incluso, si no se fijaban mucho en su extraño aspecto, podía ser que lo aceptasen como un miembro más de la sociedad. Pero todo esto no era suficiente. Se encaminó decidido hacia la casa de su creador para pedirle explicaciones: ¿Por qué lo había creado? ¿Qué se esperaba de él? ¿Podría disfrutar del amor? ¿Podría algún dia contar con una compañera? ¿Para qué había venido al mundo? Miles de preguntas, de exigencias se le acumulaban en la mente. Llamó fuertemente a la puerta, indignado, temeroso a la vez. La puerta se abrió lentamente y frente a él apareció la sonrisa de Geppetto.

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