Monday, September 04, 2006

La partida


Estaba seguro de que podía ganar en dos o tres jugadas. Su oponente tenía la dama desprotegida y había perdido los dos álfiles. No tendría ninguna dificultad en hacerle un jaque fulminante. Realmente no tenía enfrente un rival especialmente hábil, aunque pensaba muy bién los movimientos y sonreía ampliamente de vez en cuando. La partida tenía lugar en un teatro y era agradable ver al público que no podía evitar hacer comentarios a pesar de que se rogaba silencio. El jugador se dejó matar una torre y perdonó el caballo de su oponente. Tampoco se trataba de acabar demasiado pronto la partida. Se estaba muy bién allí, rodeado de gente y el autómata no tenía ninguna prisa por volver a la caja de vidrio, detrás de las cortinas.

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